Un día me regalaron un estuche de colores por mi cumpleaños, decidí dibujar a un glumpo, siempre soñé con ellos, eran grandes y pequeños y de diferentes colores, las orejas no me salieron tan bien digamos, cuando intente borrarlas me sorprendí porque el dibujo empezó a duplicarse, triplicarse, cuadriplicarse, después dio varios saltos y me dijo:¡Gracias Amigo! Al dibujarme me has dado vida, ¿Qué, puedes hablar? Claro, ¿te extraña? Déjame así, me gustan mis orejas ¿De veras te gustan? Si, en el mundo de los sueños no tengo forma definida, pero si un niño me dibuja, entro en su mundo con la forma que el me da.
¡Gracias por permitirme entrar en tu mundo!
Jeffrey Cornejo Alvino
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